lunes, 4 de noviembre de 2013

Real Betis: La humildad nos llevó a la cima, y ahora debe sacarnos del pozo

Corren malos tiempos por la zona de Heliópolis, los resultados no acompañan, el juego tampoco, y cuando parece haber espejismos con algunas mejoras, los resultados y la mala suerte siguen topándose en el camino de los béticos.
Es difícil hablar del Betis justo después de otra derrota que hunde un poco más al equipo en la clasificación, como también es difícil reconocer los errores cometidos y visualizar una solución tempranera que acabe con los males deportivos que están acompañando al Betis en esta temporada.

No se trata de cambiar once jugadores por otros once, ni tampoco de fichar en invierno, o esperar a que Rubén regrese y marque dos goles por partido. Se trata de volver a los orígenes, a aquellos que nunca nos fallan cuando el Betis pasa las peores y no tiene a donde agarrarse. Se trata de ser humildes, algo de lo que todos se enorgullecen, pero pocos practican cuando las cosas marchan bien.

Pongamos la vista atrás, pongamos que hablamos de un técnico que llega en una situación en la que el Betis no tiene ni jefe ni dueño, pongamos que hablamos de un equipo obligado y presionado a subir a Primera, para no tender a la desaparición. Ahora revisemos en nuestra mente ese equipo y ese entrenador. Pepe Mel, Nacho, Jorge Molina y Rubén Castro, esos son los supervivientes.

Ese Betis no solo acabó ascendiendo, acabó arrasando por la Segunda, y al siguiente año se paseó con más gloria que pena por la Primera. El derbi del Pizjuán, la primera victoria en Granada , la vuelta al Bernabeu , al Camp Nou, y otras muchas tardes de fútbol que se vivieron con una alegría que se oponían a esos llantos vividos en el Villamarín en un partido ante el Valladolid con muchas "estrellitas" que vestían de verde. Sacrificio desde lo más bajo y sin hacer ruido..

                                Imagen: www.marca.com

El Betis llegó ahí por su humildad, el Betis llegó a Europa el siguiente año por su humildad, esa que nos faltó cuando pisamos nuevamente el Pizjuán, creyendo que nos comeríamos el mundo, cuando lo que realmente nos comimos fue otra cosa....

El refranero español tiene muy buenas citas en las que agarrarnos para este tipo de situaciones, pero en este caso hay una que lo escenifica a la perfección . "No olvides nunca de donde venimos, y hacia dónde vamos". La humildad nos llevó a la cima, y ahora es esa misma humildad la que debe sacarnos del pozo.

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