jueves, 19 de febrero de 2015

Menos Merino, menos Mel y más Betis

La unión hace la fuerza y eso precisamente es la idea que se está perdiendo en el círculo verdiblanco. Cuando todos reman hacia la misma dirección la fuerza y el efecto es mayor, todo lo contrario que a lo que nos tiene acostumbrado este Betis y su entorno en los últimos meses.

Cambios de presidentes, entrenadores, jugadores, pero la realidad es que el Betis está en Segunda División, una categoría que no le corresponde por su historia pero que sí por los deméritos del curso pasado. La realidad siempre supera a la ficción y eso es lo que pasa en un club donde si no hay problemas se buscan.

                 Imagen de Juan Merino en un partido del filial. Fuente: Real Betis

Volvió Mel y se quitó del primer banquillo Merino, un técnico interino que hizo pleno en su estancia como primer entrenador pero que no obstante no puede compararse aún con su sustituto. Cuatro de cuatro, cien por cien de victorias y cero goles encajados son el gran registro con el que dejó a la primera plantilla antes de su marcha. Números que asustan pero a los que les ha faltado algo más de tiempo para que su valoración sea profunda.

Hay que aprender de los errores y no entrar en comparaciones que a nada bueno llevan. Tan cierto es que Merino hizo un gran trabajo como que el Betis jugó a poco. Tan cierto es que el Betis recibió pocos goles, como que apenas se acercaba a la portería del rival, y tan cierto es que Merino no recibió críticas porque la presión la tenían sus jugadores y su presidente. Valoraciones que a pocos les importan si el objetivo final se logra, pero a las que hay que darles su punto de importancia para un análisis real.



Si el bético empieza a comparar sus números con los de cualquier otro entrenador, el linense va a ganar en todas. Su corta estancia sirvió para reanimar al equipo pero no lo suficiente como para catalogarle de salvador del Betis. Dejen tiempo a los que llegan, dejen tiempo para trabajar y olvídense de sus principios y de sus ideas preestablecidas, lo que se está jugando es mucho mayor que una carrera por ser el mejor entrenador del Betis, lo que se está jugando es el volver al lugar de donde nunca debió salir.

martes, 10 de febrero de 2015

Phil Jackson no podía, pero Luis Casimiro sí

La reacción que está experimentando el Baloncesto Sevilla a medida que pasan los días ya no es casualidad. Lo que antes era un grupo de jugadores de baloncesto sin dirección, entrenador ni cabeza se ha convertido en algo que se le venía exigiendo desde hace tiempo: un equipo.

Todo equipo en la élite debe ser dirigido por un entrenador, a ser posible bueno, y no es que Luis Casimiro tenga una varita mágica ni los grandes de Europa se pelearan por él. Lo único que ha hecho es entrenar, dar confianza y dotarle de sentido y coherencia a un grupo de chavales jóvenes pero que de torpes no tienen nada.

Ni un mes ha pasado desde que Scott Roth cogiera las maletas y se marchara de San Pablo. El técnico estadounidense no será recordado con agrado por Sevilla y sí quizás por dejar alguna célebre frase en su camino al cementerio: "Ni Pablo Laso ni Phil Jackson podrían mejorar esto". Así fueron las palabras que el técnico declaró tras una de sus numerosas derrotas, en este caso frente al Telenet Ostende.


Quizás estaba en lo cierto Roth y ni Pablo Laso ni Phil Jackson podían haber hecho mucho, pero la realidad es que ha tenido que venir un técnico nacional para callar bocas y demostrar que mejorar SÍ era posible. El tiempo pone a cada uno en su sitio y la temporada es larga y dura, precisamente los dos mejores calificativos que describen a la cara de algunos. 

                                Fuente Imágenes: Lavozdelbasket.com

martes, 3 de febrero de 2015

La carrera por tener al nuevo Messi...sin importar el cómo

El fútbol ya no es lo que antes. El fútbol era simple, once contra once, dos equipos enfrentados donde lo único que importaba era el que salía victorioso y el entrenar para ello. Lejos quedan ya las ruedas de prensa donde se hablaban de deporte. Los tiempos cambian y en el balompié la velocidad de este cambio está afectando, pero de forma negativa.

Asensio, Halilovic, Odegarrd, Peeters, Abner, Lee Seung-Woo y un sinfín de futbolistas que no han llegado a la mayoría de edad y ya han plasmado contratos que les permitirían disfrutar del resto de sus vidas sin ningún problema. Calidad les sobra, madurez no. La madurez es aquello que debe de irse trabajando y perfilando con el paso de los años, con el paso de sus éxitos pero sobretodo de sus fracasos, y en el caso de todos estos nombres, pocos fracasos han tenido para valorar y que les valoren como les corresponde.

El fútbol es un negocio, es dinero, pero sobretodo es quedar por encima de tu enemigo, y eso es lo que está pasando. Madrid y Barcelona no piensan ya en si los jugadores que firman serán los que levanten sus trofeos en el futuro, sino en evitar por todos los medios que no lo hagan con el eterno rival. De los errores se aprende y casos como el de Eto´o o Neymar no pueden volver a pasar por Valdebebas. Esto es lo que ha llevado a que cada vez antes los jugadores extranjeros lleguen a nuestros países con unas promesas y propósitos que solo en algunos casos se cumplen. 

¿Dónde queda el futbolista? El jugador queda en el último sitio. Lo que ellos ven como oportunidad, otros lo ven como apuesta, una apuesta donde no tienen nada que perder y sí mucho que ganar. Sin embargo los futbolistas sí que tienen que perder, nada más y nada menos que una niñez y juventud , cosas que solo pasan una vez en la vida. El éxito o fracaso estará en sus botas, en su suerte y en las personas que les rodean, sin embargo lo único seguro es que el tiempo que no han vivido no podrán volver a recuperarlo. Sensatez, vuelve al fútbol.

                                Fuentes Imagenes: Diariogol.com y Marca.com